lunes, 29 de junio de 2009

lo que le importa al sistema

El jueves murió Michael Jackson, quien no sólo fue el “rey del pop” sino también excéntrico artista acusado de numerosos casos de pedofilia y con una clara adicción a la cirugías plásticas. Claro, MJ vendió 750 millones discos en sus 46 años de carrera musical y ganó más de 400 premios. Hizo bailar como zombies a la generación de los 80' y se volvió un icono retro para las generaciones más jóvenes. Hizo y deshizo a su antojo y se murió de un paro cardíaco como hasta el 2006 se morían 7.2 millones de personas al año. Incluso según datos del año pasado, las cardiopatías son la primera causa de muerte mundial.


Paralelo a este “importantísimo” duelo mundial, Honduras sufría una crisis institucional que no se había visto en el continente desde el termino de la guerra fría, mientras Irán vivía el clímax de sus protestas y represiones a causa de las denuncias de fraude electoral. Sin embargo los medios de comunicación y los consumidores de estos están, desde el jueves pasado, más preocupados de los homenajes radiales y televisivos a MJ y de colapsar las redes sociales con el asunto.


Google explotó sus índices de búsqueda, tanto que confundió este evento con un ataque de denegación masivo, por lo que bloqueó por varios minutos todas las búsquedas de noticias relacionadas al tema. Facebook triplicó su nivel de posts, mientras que algunos sitios de noticias llegaron a tener 3 millones de lectores por minuto y el tema acaparó el 90% de Twitter. Las cifras demuestran por tanto, que la muerte de un ídolo vale más que dos países.







sábado, 20 de junio de 2009

lo de Perú, lo de siempre

Hace un tiempo atrás discutíamos con mi amigo Manuel, lo beneficioso o pernicioso de este asunto de los biocombustibles. Más allá de lo que algunos puedan pensar de su ecologismo y promoción al desarrollo sustentable, siempre hay una mano invisible que mueve los asuntos de todo esto; y yo siempre tiendo a sospechar, cuando esa mano es yanqui. Porque si hay algo en lo que U.S.A nos lleva la delantera a todo el mundo, es en no dar puntada sin hilo.

Sin ir más lejos. Las protesta de los últimos dos meses en el Perú, lideradas por indígenas amazónicos -y que según fuentes parciales les constó la vida a más de 200 nativos- lograron esta semana derogar dos de los nueve decretos legislativos aprobados el año pasado por el gobierno de Alan García, en el marco del TLC con Estados Unidos.



Las dos normas en cuestión, permitían y promovían la tala de 45 millones de hectáreas de bosques primarios para el cultivo de los famosos biocombustibles.

Pero no cantemos victoria aún. Esta derogación es sólo un triunfo parcial, pues aún faltan otros siete decretos que se encuentran, actualmente, suspendidos y que refieren a la consideración de las comunidades indígenas, cuya opinión en estas materias era escuchada hasta entonces.

Aunque nos suene paradójico que un padre decida quitarle el pan de la boca a su hijo para dárselo al vecino, García ve de lo más normal el hecho de quitarle la voz a ‘su’ pueblo para dárselo a otro; y no a cualquiera, sino al que poco a poco se ha convertido en el amo del universo, a punta de invasiones libertadores, guerras contra el terrorismo, intervenciones en dictaduras y el último grito de la moda: los famosos TLC.

Comienza ahora un proceso de asilos políticos para los lideres nativos, tiempo suficiente para acallar tensiones, desviar la mirada de la comunidad internacional y de los organismos de derechos humanos. Tiempo suficiente para hacer la guerra sucia y aplicar esas estrategia silenciosas de los gobiernos contemporáneos, a los cuales ya estamos tan acostumbrados. Táctica clásica de mandatarios como García, que en su versión pasada se han robado la mitad del oro del Perú, promocionó una gran cantidad de violaciones a los derechos humanos, dejó el país a merced del genocida Fujimori y tiene aún cuestionados nexos con el narcotráfico.


FOTO BBC MUNDO

LEER MÁS:

Los decretos de la discordia según la BBC

Pronunciamiento de los obispos de la Amazonía ante el paro de las comunidades nativas (Colectivo Andamios)













miércoles, 17 de junio de 2009

apaguemos la tele

En septiembre del año pasado dejé mi departamento en Santiago de Chile, puesto que me venía a “las Europas”, se suponía que al mes siguiente. Todos mis bienes fueron embalados, repartidos, concesionados o regalados. Entre ellos mi único televisor de 14 pulgadas, que fielmente me había acompañado gran parte de mis años universitarios. En la casa de un amigo tuve la oportunidad de ver hasta el aburrimiento la televisión por cable. Pero cuando llegué aquí ya no hubo más TV y creo que fue la mejor decisión que he tomado en mi vida.

Distanciada de la telebasura, mi biblioteca se duplicó en cosa de meses, junto con mi disco duro. Incluso tuve que adquirir un segundo disco externo. Ya no me angustio por el rebrote de la violencia en las calles, el supuesto aumento de los robos (¿son los robos o las denuncias?) incluso, puedo asegurar con toda propiedad que no le temo a la Gripe A.

No confundamos esto con desinformación o falta de preocupación por los temas que nos aquejan como sociedad. Me mantengo al tanto de lo que pasa en el mundo y en mi país más y mejor que cuando tenía la Tele monopolizando mi “sensibilidad informativa”. Pero ocurre algo distinto con informarme por los medios escritos, digitales en su grandísima mayoría. Los periódicos (manejados por los mismos cerdos de siempre) presentan en sus versiones digitales sus respectivos comentarios y foros de discusión, que entregan más antecedentes que las 4 “entrevistas” editadas al “ciudadano común”, clásicas de los noticieros y matinales. Contrasto información con otros medios oficiales y blogs y no corro el riesgo de engancharme burdamente con la teleserie de turno.

A quienes no me crean aún (y es que no tienen por qué) los invito cordialmente a hacer el experimento. Apaguen la TV un par de meses y luego de eso me cuentan qué tal se sienten. Les aseguro que este ‘ejercicio’ no los matará.



IMAGEN CAIF 2008

domingo, 14 de junio de 2009

compartir es bueno, pero ¿para quién?


Cuando yo era pequeña decidí ir a una feria de las pulgas a vender algunos cachureos de casa que ni regalar se podían. Me habían dicho que en estas ferias libres de cosas usadas la gente compraba de todo, aunque estuvieran inservibles, ya que los repuestos eran los útiles. Así es que agarramos un bolso y fuimos con mi hermana a probar. Llegamos temprano en la mañana a fin de alcanzar un buen lugar y en media hora habíamos vendido todo. Entusiasmadas y con dinero de sobra en nuestros infantiles bolsillos, decidimos recorrer la feria a ver si encontrábamos algún cachureo para nosotras. La sorpresa nos la llevamos a medida que avanzamos y descubrimos en los otros puestos nuestras antiguas pertenencias, pero a mayor precio. ¡Qué estafa! –pensamos-. Desilusionadas le contamos a nuestro padre que habíamos sido víctimas del injusto mercado. Él nos explicó que no era así. Que a diferencia de nosotras, el resto de los feriantes consideraba esto su negocio y que nos habían pagado el valor que nostras habíamos decidido y en ese sentido no había problema alguno. A ellos les tomaría el día entero vender nuestros productos. Nosotras en cambio, podríamos marcharnos a casa temprano con el dinero que contemplábamos obtener desde un principio.

Lo mismo pasa con la colaboración en línea. ¿Estaremos con nuestro tiempo y trabajo enriqueciendo a nuevas net-empresas? Con cada enlace que yo pongo en Delicious le doy tráfico, visibilidad y ventas a otras empresas o plataformas. Si participo en cualquier espacio online de ‘prosumidores’ (el concepto de moda), les doy ideas a los empresarios de diversos rubros. Lo mismo si subo una foto a Flikr, e incluso al utilizar redes sociales como Facebook, le ahorro millones a empresas consultoras de estudio de mercado y casi sin darme cuenta.

¿Qué ganamos entonces con todo esto? Tiempo y sabiduría. Ese conocimiento e información acumulada nos va sirviendo a todos. La hora que yo tardo subiendo mis páginas frecuentes los etiquetadores sociales se suma la hora de Pedro, Juan, Diego y el resto de miles de usuarios y finalmente nos ahorra la búsqueda de información. Los más destacados son los que en laboratorios de ideas o fábricas colaborativas de productos ganan su merecida recompensa; Pero de momento hacemos y compartimos en esto porque queremos. Mi miga de pan se suma a las otras millones de miguitas y finalmente creamos un pan de mejor calidad. Si algunos se benefician vendiendo sus plataformas o mediante publicidad, es un cuento más de fondo y que el que no podremos estar de acuerdo. Pero esa lucha, señores, la ganaremos solo cuando nos hiper-empoderemos de estas nuevas herramientas y la sabiduría colectiva logre aunarse en criterios comunes de desarrollo humano y con respecto a la visión que tenemos de lo que es justo o no para nuestra sociedad. Y será recién entonces, que abriremos esas grandes alamedas.

viernes, 12 de junio de 2009

los fashionblogs y la creatividad colaborativa

Hace algún tiempo, buscando la dirección de una tienda en Google, di con un blog de moda personal, más conocidos como fashionblogs. Sabiendo que la blogósfera tiene de todo, me llamó la atención la cantidad de visitas que reciben estos sitios, su constante actualización, el círculo de bloggers (blogueras en su mayoría) que reúne y su dinámica. Está bien, es de “moda”, un sector más del mercado, considerado uno de los más superficiales y frívolos. Pero estas chicas, le dan un giro tan interesante que vale la pena al menos saber en qué consiste.

Son chicas que les gusta esto de la exclusividad y critican lo masivo de la moda, así que les ponen su sello personal, pero comparten sus ideas e innovaciones públicamente, a fin de que otras mentes e ingenios los transformen a su gusto y por ende, los mejoren. Suben sus secretos de “belleza” y con una honestidad que ya quisiera ver yo en algún político, mantienen en su mayoría, principios de buenas relaciones, autenticidad, sinceridad a la hora de valorar y juzgar e incluso amistad. Compartir es bueno y se puede hacer desde cualquier frente.

Hay algunas chicas que son casi socialités de la moda y el “shopping” es su pan de cada día. Aparecen en revistas, saltan a la fama y algunas de ellas son modelos, o se han convertidos modelos, por el simple hecho de hacer lo que más les gusta: bloguear y compartir “tips” y “outfits”. Un nuevo nicho de publicidad y wikieconomía para las grandes marcas y sobre todo las nacientes.

Otros son más modestos en sus pretensiones, exaltando y promoviendo el uso del reciclaje, la ropa usada y el closet de mamá. Como uno que me gusta bastante, el de Olga Sicilia, una española actual estudiante Erasmus en Milán. Su estilo es modesto, moderado, íntimo y de una pluma transparente como el agua. O al menos eso me parece a mí… y es que si la sociedad nos ha impuesto el vestirnos (y ya no cubrirnos), que mejor que hacerlo divertido y potenciarnos entre todos.


FOTO OBTENIDA EN LESMADS.COM

jueves, 11 de junio de 2009

la verguenza de Chile


Del conflicto mapuche se habla menos que de la modelo de turno o el último escándalo del fútbol. Como si hacer que no existiera mediáticamente contribuyera a solucionarlo o desaparecerlo.

La lucha mapuche en mi país lleva años, incluso hay algunos que sostienen que los indígenas del sur vienen resistiendo desde la conquista española. Sin embargo, la ciudadanía chilena se ha mantenido en una ignorancia alarmante con respecto al tema, dado que los medios de comunicación sólo nos entregan un escuálido reporte cada dos meses y algo... sesgado, privado y absolutamente superficial.


Una mano negra mueve los hilos de lo que se dice y lo que no. Una mano negra de combinación de poderes en un estado de derecho, derecho mediocre, derecho sólo para algunos. A esta mano le conviene que usted y yo no sepamos lo que ocurre. Y ésta misma es la que ha privado de su libertad a una documentalista de mi país, por el sólo hecho de querer decir la verdad de lo que sucede en el último rincón del mundo.

Les dejo el enlace a la carta que Elena Varela, cineasta y presa política le ha escrito a la Michelle Bachelet, presidenta de Chile, torturada durante la dictadura y exiliada. Sin contar que su padre murió a causa de las torturas del golpe de estado de Pinochet.

FOTO THE CLINIC.CL

miércoles, 10 de junio de 2009

wikicultura y economía


El mes pasado, los políticos y empresarios culturales chilenos se sumaron a las grandes corrientes ‘gringoamericanas’, para legislar con respecto a los derechos de autor en lo digital. Es sabido que muchos países europeos están en la misma línea también. Mientras la estructura que nos gobierna se debate en generar las penalizaciones correspondientes, tanto los nacidos con internet como aquellos que hemos emigrado a las nuevas tecnologías, seguimos en nuestras prácticas habituales de descarga libre, compartir, reproducir y almacenar películas, libros, música y cuanto hallamos en esta gran red.

A raíz de esto, se generó en el facebook de un gran amigo una discusión bastante interesante sobre lo que es bueno y lo que no en esto de compartir. Quién gana y quién pierde es la gran pregunta. ¿Efectivamente la economía se resiente por la piratería? ¿La industria cultural va directo a la quiebra por culpa de torrents, emules y símiles? ¿Hollywood cerrará sus puertas si usted sigue copiando del Dvd del vecino?

Don Tapscott (y por cierto que se llama Don) y Anthony D. Williams no lo creen así. En su libro “Wikinomics. La nueva economía de las multitudes inteligentes”, realizan un análisis con datos y cifras concretas acerca del nuevo panorama económico en esto de la Internet Colaborativa. Cien cabezas piensan más, mejor y más rápido que una, concluyen los autores tras una investigación de más de 9 millones de dólares. Al igual que postulan que compartir puede ser incluso más beneficioso que privar. Claro desde una visión de libremercado, pero aun así generamos una cúmulo de conocimiento y productos libres.

¿Acaso no se han dado cuenta que ahora por la compra del último CD del popero (a) de turno te regalan por poco una cita con el cantante? ( y pese a que la tecnología posibilita sistemas de reproducción más económicos, cada vez cuestan más caros); Los DVD vienen con su carátula hecha casi de oro puro y material agregado que no consigues siempre al descargar de la red; El espectro de escritores que lanzan sus libros abiertos y gratis en la internet crece también y aún así logran posiciones para nada desfavorables en los rankings de ventas de la versión impresa.

A nadie le gusta cambiar. El statu quo es muy cómodo cuando uno está en la cima. Y sentirse amenazado de forma silenciosa y anónima, es claro que no es muy agradable. Pero el mercado es sabio cuando se trata de cuidarse las espaldas. Hace tiempo ya que muchos se han reinventado y le están sacando el máximo provecho a este neoconsumo. Y les ha ido bien. Aunque llorar siempre es bueno, porque nunca se sabe si alguien aprueba una ley y “caemos” todos los piratas. Así, los poderosos podrán seguir con sus actuales altos precios en los productos “culturales” y además todos estaremos obligados a pagar. Para ellos la legalización seguirá siendo negocio redondo.


FOTO AMAZON.COM